La mejor forma de conseguir que Google no etiquete tu contenido como contenido de baja calidad, es generar contenido de calidad. Parece sencillo y de sentido común. Sin embargo, es más sencillo generar contenido de baja calidad que contenido de calidad. Por esta razón, hay que conocer qué características debe cumplir tu contenido para que Google no lo etiquete como contenido de baja calidad.
La primera lección pasa por saber que Google ha publicado una serie de pautas sobre cómo debe ser el contenido de un sitio web para que aparezca en los resultados de búsqueda. Hay varias categorías:
Las directrices de calidad son las que afectan de forma determinante al contenido. Y es necesario seguirlas para no publicar contenido de baja calidad. Así, Google penaliza respecto al contenido y así lo tiene publicado:
Por tanto, las claves para Google son dos. Lo que importa es el usuario y para ello el contenido es el rey. Por tanto, la calidad es determinante para que tu contenido no sea etiquetado por Google como contenido de baja calidad.
La mejor característica que debe cumplir tu contenido para que Google no lo etiquete como contenido de baja calidad es que sea original. Esto, por supuesto, significa que conlleva un trabajo por una parte. Y por otra parte, que contenga información relevante. Todo esto servirá para que se mejore el posicionamiento en los resultados de búsqueda de Google.
Google categoriza, ordena y recomienda resultados. Eses es su gran atractivo. El contenido duplicado no les es útil a los usuarios ni a Google para nada. No le permite realizar su función de recomendación si los contenidos están repetidos. Es decir, si los contenidos son los mismos, da igual que resultado ofrezca, y el valor de uso para el usuario tiende a desaparecer.
Una vez más, el contenido original, la creatividad y la información relevante es lo que busca Google para que no etiquete tus publicaciones como contenido de baja calidad.
El contenido copiado también está penalizado por Google y considerado como contenido de baja calidad. Una cuestión es el derecho de cita que se tiene a la hora de redactar un contenido. Otra cuestión es entrecomillar trozos de textos o declaraciones de voces autorizadas. Y otra más es remitirse a fuentes oficiales para escribir contenidos.
Pero lo que no se puede permitir y, de hecho, Google no permite, es copiar. Es más, Google califica este tipo de textos como contenidos de baja calidad. Hay varios estilos para copiar contenidos:
La Inteligencia Artificial y los programas informáticos son capaces de generar contenido de forma automática. Estos textos causan problemas y también crean basura en internet. Google lo considera contenido de baja calidad. Hay que evitar a toda costa este tipo de contenidos:
Esta premisa no supone una contradicción. El contenido original, que no esté copiado y que tenga un valor añadido, cuesta trabajo. Y trabajo significa tiempo. La traducción es que Google puede considerar mucho contenido publicado a la vez como contenido de baja calidad.
El motor de búsqueda, así, entiende que no se puede generar ni publicar mucho contenido de calidad en corto espacio de tiempo. El truco es que hay que dosificar las publicaciones para que Google no considere tus publicaciones contenido de baja calidad.
Las palabras clave indican, como su mismo nombre implica, una serie de términos que describen el contenido y lo identifican. Su misión es, claramente, que las arañas de los motores de búsqueda encuentren nuestros contenidos cuando rastrean la web.
La cuestión es que rellenar un texto con infinidad de palabras claves corre el peligro de ser tachado por Google como contenido de baja calidad. Es decir, la proliferación de palabras clave en un texto es siempre sancionado por Google.
La cuestión aquí será, entonces, ser capaz de encontrar la justa medida de palabras claves dentro de un texto para que Google no lo considere contenido de baja calidad.
Para conseguir que tu contenido sea fiel a las normas de Google, hay que escribir siempre pensando en qué información necesita el usuario. De esta forma, la distribución de las palabras claves por el texto será lógica y natural.
Para que un contenido sea considerado de calidad también hay que cuidar su estructura. Los factores más importantes a tener en cuenta son:
Google no ofrece muchas pistas sobre la longitud que tienen que tener los textos. No sabemos cuál es la longitud más conveniente. Pero, sí podemos deducir una horquilla de palabras que nos asegure que Google no penalice y los considere como contenidos de baja calidad.
En principio, Google siempre ha mostrado sus preferencias por los textos largos. La norma general es que para aparecer en las primeras páginas del buscador, la extensión del texto tiene que superar las mil palabras.
El formato audiovisual no debe pasar desapercibido. De hecho, el vídeo marketing está en auge. Un buen contenido audiovisual realizado con calidad es del agrado de Google. Aquí si tenemos pistas para saber que Google no lo considerará contenido de baja calidad:
El estilo es clave en la redacción de los contenidos. Aumentan su legibilidad y su facilidad para ser comprendidos. Todo esto es analizado por Google. La consecuencia es que a este tipo de escritos bien redactados no los considera contenidos de baja calidad.
El estilo tiene que ser sencillo. Escrito de forma clara, concisa y concreta. Sin alardes innecesarios. Además del estilo y la ortografía, no deben aparecer faltas de ortografía, es importante la estructura.
Como puedes ver, crear contenidos para posicionarte en Google es una tarea que debes cuidar dentro de tu estrategia de marketing. Cuanta mayor calidad tengan, mejor lugar ocuparás en los resultados de búsqueda.
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