Jose Luis Vega Peña, director creativo de Rebold Chile
Me voy a ir un poco a la memoria y comenzar a hablar de la dirección antes de que mi vida laboral estuviera marcada por la publicidad.
A comienzos de los 2000, estudiando en el Conservatorio de la Universidad de Chile la carrera de Intérprete con Mención en Percusión, tuve la oportunidad de participar en la Orquesta de Cámara. Un día en particular me marcó por lo increíblemente sorprendente e importante del rol de un director. En medio de un ensayo el director nos pidió una pausa para pedirle a un violinista que afinara su violín, concretamente la tercera cuerda del instrumento. ¿Cómo lo supo con tanta concreción? ¡No tengo idea!
En ese momento, uno se da cuenta de la importancia de un rol de dirección. No se trata en ser la mejor persona tocando el violín, el chelo o percusión, la importancia del director/a es el conocimiento, el oído absoluto y el pulso para que todos los miembros de una orquesta estén tocando de una forma armoniosa.
En las agencias de publicidad pasa algo muy similar. Se requiere tener una mirada perspicaz, el conocimiento en publicidad o comunicaciones, así como un entendimiento profundo del cliente, para poder ayudarlos en la toma de decisiones, incluso en situaciones exigentes o momentos de alta presión.
La dirección en la publicidad es un lindo proceso creativo donde tienes la oportunidad de guiar un proyecto publicitario desde su concepción hasta su realización. En este sentido, la dirección implica tomar decisiones importantes en términos de estrategia, creatividad y rendimiento. Es así como llegué a entender tres aspectos claves sobre un rol de liderazgo:
La dirección en la publicidad no se trata de dar órdenes, sino que es una habilidad para liderar equipos y guiar a los equipos en la realización de una campaña o proyecto publicitario. Asimismo, el director/a debe tener una comprensión profunda del público objetivo y de la marca para la que se está trabajando con el fin de ser capaces de identificar qué hace que esa marca sea única para poder transmitirlo al resto del equipo.
Además, la dirección también implica tener una visión clara del objetivo final y de cómo hasta él. En mi experiencia, los directores/as que me han servido de referentes mostraron una gran habilidad para trabajar en equipo y motivar a sus colegas para alcanzar el éxito.
Un director/a de arte en publicidad no solo toma decisiones prácticas y relacionadas con el diseño. También está inmerso desde el inicio en un proceso creativo, por lo que debe ser capaz de conceptualizar la campaña y comenzar a trabajar con el equipo creativo para dar vida a la idea. Esto puede implicar la creación de bocetos, la elaboración de guiones gráficos, así como colaboración en el desarrollo de diseños y animaciones.
En definitiva, deben ayudar a generar momentos para pensar “fuera de la caja” para encontrar soluciones innovadoras frente a los desafíos que se presentan durante el proceso creativo.
Es importante no solo crear un mensaje hermoso y creativo, también debe dirigirse al público adecuado y asegurarse de que la campaña tenga un buen rendimiento.
Los buenos directores (en mi criterio) tienen una comprensión profunda de la industria publicitaria y de las tendencias actuales. Están al tanto de las métricas de rendimiento y de las formas de medir el éxito de una campaña publicitaria.
Lo que nos mueve en Rebold es que en el equipo son capaces de identificar las tácticas más efectivas para alcanzar los objetivos de la campaña y de hacer ajustes en el momento correcto para mejorar resultados.
La dirección, tanto en el arte como en la publicidad, es un arte en sí mismo, un eje central que une diversas notas, talentos y habilidades en un todo armonioso. A medida que la era tecnológica avanza, los directores deben marcar la diferencia, guiando el uso de estas herramientas de manera responsable, sin reemplazar nuestra intuición, empatía y emoción, elementos humanos indispensables para generar un verdadero impacto en nuestras audiencias.
En este momento crucial, lo que realmente mueve a una orquesta, a una agencia publicitaria, y a cualquier equipo, es la capacidad de sus líderes para escuchar y transmitir, para unir visiones y talentos en pos de un objetivo común. Así, cuando contemplemos una sinfonía o una campaña publicitaria, recordemos siempre la labor del director: sin su guía, su visión, y su capacidad para armonizar las habilidades de su equipo, ninguno de estos logros sería posible. Al final del día, en música o en publicidad, lo que realmente importa son las personas y las conexiones que logramos generar.
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