El comercio electrónico está en continua transformación producto de los avances tecnológicos y las experiencias de compra en el metaverso no serán la excepción en este caso. En poco espacio de tiempo entrarán en juego novedades que mejorarán la experiencia de usuario y potenciarán los negocios, pero no todos los ecommerce están listos para ello.
El metaverso supone una interacción constante entre el mundo virtual y el mundo real. Esto se traduce en nuevos retos importantes para comercios online, influencers, creadores de contenido y todos los actores que toman parte en el mundo web.
Esta característica es una de las novedades más comentadas del metaverso. La capacidad de inmersión implica una innovación tecnológica importante y aquí se involucran nuevos sistemas, programas y códigos para hacerlo posible.
La inmersión en la web implica dos factores: inteligencia artificial y realidad virtual. Actualmente en Estados Unidos y Canadá ya se están aplicando estos sistemas como pruebas de las reacciones y comportamientos de los consumidores, también para mejorar ciertos aspectos y perfeccionar la tecnología.
Esta novedad implica que el consumidor podrá visitar las tiendas web y vivir una experiencia de compra similar a la de ir a un espacio real. Esto es un gran beneficio a nivel de comercialización, porque reduce los márgenes de error en los productos que se ven en una foto estática y los que realmente llegan. Los clientes podrán ver, prácticamente, cómo es el producto 100% real.
Las experiencias de compra en el metaverso no solamente estarán basadas en el cruce entre Internet y el mundo real, también existirán dinámicas económicas 100% virtuales.
Actualmente, el comercio digital en este mundo innovador está dando sus primeros pasos. Marcas como Gucci ya venden prendas de ropa digitales que alcanzan precios exorbitantes. Todo esto va de la mano de los NFT, a los que muchas marcas se han unido para crear intercambios importantes.
Esto supone ventas que antes no parecían razonables en un entorno así: zapatillas, bolsos, terrenos, juguetes y obras de arte… todo completamente digital. Esto genera activos importantes y crean valor dentro del metaverso.
De esta forma se demuestra que la dinámica del metaverso funciona en dos sentidos: lo virtual toma valor en lo real y viceversa.
Esta nueva dinámica busca hacer versiones digitales de productos reales y crear intercambios entre ambos mundos. Las empresas o ecommerce podrán promocionar sus productos digitales dentro del metaverso y ofrecer beneficios sobre estos productos, pero en el mundo real.
Esto promueve aún más las ventas en el mundo físico, ya que todo estará relacionado. Así se podrán realizar pruebas de conceptos, demostraciones de nuevos productos y testear el comportamiento de los consumidores ante ciertas ideas.
De esta manera se produce una reducción de inversiones en proyectos o ideas que no serán rentables al final. Una vez que se tenga una respuesta efectiva dentro del metaverso entonces se puede culminar el proceso en el mundo físico.
La personalización es una característica fundamental de la Web 3.0 y del metaverso. Los usuarios podrán tener mejor control de lo que consumen, los datos que comparten, las huellas que dejan y más. Además, las experiencias de navegación son configurables según la preferencia de cada persona.
Estos datos obligan a las empresas a generar experiencias de compra en el metaverso más personalizadas. Ahora, más que nunca, hay que pensar más en el usuario y en sus necesidades.
Un buen trabajo puede suponer mayor lealtad por parte de los clientes, que se sentirán más escuchados y vinculados con la marca.
De hecho, ya hay grandes marcas que están probando sus ideas y productos en el metaverso para hacer frente a las nuevas realidades.
Nike presentó un proyecto basado en los avatares de cada usuario, se llama Nikeland y las personas pueden vestirse con ropa de esta marca y hacer ejercicio con sus personajes virtuales. Es una realidad paralela de la marca.
Además, McDonald’s está probando abrir locales virtuales en los que los consumidores ingresen y realicen sus compras. Sin embargo, el vínculo con la realidad es necesario, por lo que sus pedidos llegarán a sus casas.
La automovilística BMW trabaja para desarrollar una fábrica virtual a través de la cual puedan hacer pruebas sobre sus coches. Esto les reduce sus costes de producción en más de un 50%.
Por si fuera poco, dentro del metaverso se podrá tener acceso a distintas formas de pago que no necesariamente serán posibles en el mundo físico. La experiencia permite jugar con distintos procesos de compra y hacer pagos con monedas virtuales, criptoactivos, canjes con NFT y más.
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