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Del design thinking al design feeling: crea experiencias memorables para tus clientes

Del design thinking al design feeling: crea experiencias memorables para tus clientes

Media Intelligence - Branding

2022-04-18
class="alignnone size-full wp-image-46236" src="https://letsrebold.com/wp-content/uploads/2022/06/design-thinking-design-feeling.jpg" alt="Design Thinking vs Design Feeling" width="1200" height="800"> Hacer una comparativa entre Design Thinking vs Design Feeling puede ayudarte a entender cómo usar estos dos enfoques y crear una mejor experiencia para los clientes, combinando la resolución de problemas con la intuición. El "pensamiento de diseño" se utiliza habitualmente en los departamentos creativos para desarrollar soluciones eficaces a problemas concretos. Se trata de una metodología muy racional, donde se siguen una serie de pasos organizados para conseguir un resultado final concreto. En el Design Thinking primero se estudia al usuario y su problema, se elaboran distintas ideas que lo solucionen, se crea un prototipo de prueba, y por último, se crea la solución definitiva. Por su parte, "el sentimiento de diseño" está más centrado en la intuición y en las emociones humanas. De esta manera, a la hora de emprender el diseño creativo, esta disciplina utiliza elementos como el deseo, la pasión, la imaginación y la espontaneidad. Si lo que la marca busca es crear la experiencia mejor optimizada, es importante tener en cuenta los sentimientos del usuario al utilizar el producto. No se trata solo de solucionar un problema, sino de conseguir que el usuario sienta algo más al hacerlo.

Design Thinking: lógica y  racionalidad en el diseño

En el entorno empresarial, el pensamiento de diseño es muy utilizado para crear soluciones centrándose en la parte más técnica de la resolución de problemas. Es decir, previamente se llevará a cabo una investigación sobre las necesidades y los problemas de los usuarios, y después, a través de la innovación, se crearán prototipos que luego serán probados en la vida real para verificar su eficacia. Por tanto, y centrándose en resolver problemas, lo que se hace es recopilar métodos prácticos que ayuden a resolverlos. Algo que, además, se realiza en 5 fases. Lo que todas ellas tienen en común es que el diseñador aborda todo el proceso creativo incorporando la lógica, el razonamiento y la estrategia.

1.- Empatizar con el usuario

La primera fase del pensamiento de diseño es investigar el mercado para llegar a comprender cuál es el problema a resolver. Para lograrlo, es importante conseguir empatizar con el usuario y entender también cuáles son sus expectativas en cuanto a la solución. ¿Cómo se realiza esta investigación? Normalmente, los creativos consultan con expertos en la materia con el fin de ampliar su conocimiento. Pero, además, lo que intentan es sumergirse totalmente en el contexto del problema. De esta manera, utilizan la observación en intentan ponerse en lugar del usuario para diseccionar a fondo el problema e idear la solución más lógica.

2.- Determinar el problema real

class="alignnone size-full wp-image-46234" src="https://letsrebold.com/wp-content/uploads/2022/06/moodboard-design-thinking.jpg" alt="Elaborar un Moodboard" width="850" height="480"> Si en la anterior fase el objetivo es empatizar con el usuario para entender su problema general, durante la segunda etapa lo que se va a intentar es desgranar exactamente cuál o cuáles son los problemas concretos que han llevado al usuario a desarrollar esa necesidad. Es decir, en ocasiones el problema que hay que solucionar va mucho más allá de tener que hacer una cosa concreta. Por tanto, es necesario focalizar bien el problema analizando toda la información recopilada y definir un objetivo. Uno de los métodos más habituales para enfrentar esta fase es crear arquetipos con un buen nivel de detalle, donde se recoja una buena representación del usuario y su comportamiento. Asimismo, utilizar un moodboard para mejorar la comprensión de todos los factores intervinientes es más que recomendable.

3.- Idear distintas soluciones

Una vez que se ha empatizado con el usuario y se ha definido correctamente el problema, el creativo debe emprender una fase de ideación de múltiples opciones innovadoras que resuelvan dicho problema. Para ello, se utilizarán varias técnicas que permitan desarrollar el pensamiento libre. Unas de las más habituales son el brainstorming, así como crear bocetos de las soluciones antes de crear los prototipos.

4.- Prototipado de las soluciones

A continuación se procede a materializar las ideas con mayor potencial, lo que supone el paso previo a dar con una solución definitiva. Estos trabajos tienen cierto coste económico, pero es la forma de conseguir que las ideas sean aún más racionales. En esta fase de lo que se trata es de experimentar, construir y moldear las soluciones. Además, también es importante crear un plan de comunicación para poder transmitir las ideas.

5.- Probar su aplicación práctica

Una vez que se ha detectado cuáles son las soluciones por las que se va a apostar, es el momento de probar su aplicación práctica en la vida real. Para ello, es importante buscar un entorno lo más parecido posible al contexto en el que se podrían en marcha. De esta manera, se pide a diferentes personas que experimenten con el prototipo y den su opinión sobre el mismo. Pueden ser entrevistas o, incluso, dinámicas de grupo. Así puedes obtener información valiosa que te sirva para realizar mejoras

Design Feeling: mejora la experiencia a partir de la emoción

class="alignnone size-full wp-image-46232" src="https://letsrebold.com/wp-content/uploads/2022/06/desing-feeling.jpg" alt="Design Feeling" width="850" height="567"> El Design Thinking vs Design Feeling se diferencia principalmente en que en el segundo supuesto se presta mucha atención a la incorporación de las emociones a la hora de abordar el proceso creativo. Si quieres conseguir una solución personalizada al usuario que ofrezca una mejor experiencia de usuario, entonces deberías incorporar siempre el Design Feeling al proceso. El sentimiento de diseño también recibe el nombre de diseño emocional y lo que lo caracteriza es una mayor flexibilidad. Esta metodología no solo se enfoca en el objetivo final, sino en diseñar la propia experiencia que ayude a que los usuarios desarrollen un gran compromiso con la marca o el producto. Para lograrlo, el Design Feeling utiliza tres niveles cognitivos diferenciados.

1.- El nivel visceral

El primer nivel está relacionado con la primera impresión que tiene un usuario al entrar en contacto con el producto. Esto ocurre de forma inconsciente y es algo instintivo. Por tanto, no es controlable. A pesar de que la usabilidad es el mayor valor, este primer impacto tiene más que ver con la parte estética: la formas, los colores o el packaging del producto.

2.- El nivel conductual

El nivel conductual es el responsable de la toma de decisión de los usuarios. Este proceso también es en gran medida subconsciente y está relacionado con el grado de identificación que desarrolla el usuario con el producto a la hora de utilizarlo: si es sencillo, cómodo, placentero, etc.

3.- El nivel reflexivo

Por último, el usuario se sumerge en un nivel reflexivo, que hace referencia a la percepción que tiene un usuario sobre cómo lo ven las demás personas. Es decir, los consumidores priorizan productos que los hagan conseguir cierto estatus frente a los demás.

Design Thinking vs Desing Feeling: cómo combinarlos

Las emociones son, en el fondo, impulsos que hacen a la persona actuar, puesto que influyen en el pensamiento y en el comportamiento. Normalmente, de forma inconsciente. Pero todo lo que se hace o se piensa está imbuido de emociones. Por ello, no se trata de contraponer el Design Thinking vs Design Feeling, sino de que, al abordar cualquier proceso creativo, ambas perspectivas se combinen para crear soluciones eficientes que susciten emoción y, por tanto, ofrezcan una mejor experiencia de cliente. Distinguir entre Design Thinking vs Desing Feeling debe servir para entender que el pensamiento de diseño debe incorporar el sentimiento de diseño, puesto que el primero se enfoca en crear soluciones sin contar con la parte emocional del proceso y esto hace que la solución sea demasiado racional y poco humana. Para diseñar un producto es necesario considerar ambas opciones. Por un lado, para conseguir una solución completamente lógica a un problema. Pero por otro, para conseguir que el trabajo sea más completo teniendo en cuenta los sentimientos de la persona y mejorando la experiencia de usuario y la usabilidad. ¿Quieres crear experiencias únicas y memorables para tus clientes? En Rebold te ayudamos a crecer mediante estrategias de branding, loyalty y performance. ¿Hablamos?

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