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El odio a las matemáticas… explicado con manzanas

El odio a las matemáticas… explicado con manzanas

Rebold Marketing - calculos

2020-01-14
Todo el mundo las odia, les huye y corre despavorido con solo escuchar su nombre. Las matemáticas son, culturalmente, algo en lo que los mexicanos no destacamos ni somos buenos en ellas, o al menos, eso se cree. En Rebold, buscamos algunos insights sobre la aversión de los mexicanos promedio hacia esta ciencia y posibles soluciones para comenzar a amarlas. Peras con manzanas El problema con las matemáticas es grave: El 67% de los usuarios en digital declaró odiar o no comprender las matemáticas en la infancia. Esto se mantiene con el paso del tiempo, ya que, al llegar a la adultez, a pesar de considerarlas como parte primordial de la vida, el 45% sigue sin tener una filiación o aprecio hacia ésta ciencia. Desde la infancia El odio hacia las matemáticas es algo arraigado que se transmite de generación en generación. El 22% de los usuarios declaró su abierto desagrado por éstas cuando era niño, al reprobar exámenes de esta asignatura o preferir más otras materias. Los temas con menor agrado por parte de los usuarios fueron álgebra con 41%, aritmética con 29%, cálculo con 18%, trigonometría con 9% y geometría con 3%. Adicionalmente, el 73% de los usuarios declararon que, en la infancia, creían que las matemáticas no serían importantes o parte de su vida diaria cuando fueran adultos… ¡Qué equivocados estábamos! No son del diablo Por años, se ha considerado a las matemáticas como una materia para iniciados, que solamente las personas más inteligentes son capaces de comprender. Sin embargo, especialistas declararon que todos poseemos la misma habilidades de convertirnos en matemáticos avanzados. Las variables Algunas razones para dar por odiada a tan grandiosa ciencia exacta puede variar, pero pueden ser resumidas en tres principales.
  • Son acumulativas: Como cualquier buena telenovela, lo que aprendiste ayer tendrá gran repercusión en tus conocimientos de hoy, así como asimilar éstos, facilitará la teoría de mañana. Ser constantes es una virtud que las matemáticas agradecen, pero que no todos los estudiantes están dispuestos a dar, por lo que esto se dificulta con el paso del tiempo.
  • Los procesos del cerebro: La forma de comprender un proceso matemático, biológicamente, es diferente a cierta edad, ya que los niños y personas menores a 20 años tienen menor capacidad de comprensión de estos, dado el desarrollo tardío del lóbulo frontal del cerebro. Al menos, así lo asegura el estudio de Diego Alonso Cánovas sobre procesos de razonamiento.
  • La torre de Babel: Se suele señalar a un “mal” estudiante por no comprender las matemáticas; sin embargo, los profesores, a menudo, no poseen las habilidades verbales suficientes para transmitir el conocimiento. Como consecuencia, los alumnos se sienten desplazados, y no desarrollan las habilidades suficientes de aprendizaje de la materia.
Este último punto funcionaría como conector al primero, formando así un “círculo vicioso matemático”, donde los profesores no saben enseñar, los alumnos no saben comprender y los procesos biológicos también juegan en su contra. Adultos que usan las matemáticas Solo el 68% de los usuarios la consideran importante en su vida actual.  Algunos aspectos de la vida personal que consideró la audiencia escuchada fueron las finanzas personales y el balance de ahorros; mientras que en la vida profesional, se valoró la oportunidad de tener aumentos, ascensos o estabilidad laboral si se manejaran procesos matemáticos complejos. Posibles soluciones: El público habla. La muestra de personas escuchadas manifestó algunos aspectos que, como profesionales, deberían ser tomados en cuenta para las próximas generaciones y así lograr un mejor entendimiento de esta ciencia.
  • Dejar el “método perico”: Si bien, los usuarios consideraron que las matemáticas son una ciencia rigurosa, dejar de memorizar fórmulas y procesos sería un buen primer paso.
  • Hacerlo más lúdico: La aplicación de la materia sería más fácil si la enseñanza de ésta evolucionara. Al darle un carácter lúdico, los alumnos serían más receptivos y mejoraría la forma en que la ven.
  • Entender que sirve para la vida diaria: Si en un problema matemático planteamos el precio de una lavadora y una licuadora ¿captamos la atención de los alumnos? ¿Y si les decimos en realidad para qué puede servir aprenderlas desde su corta edad? ¿Y si mencionamos que las matemáticas nos acompañarán el resto de nuestras vidas?
  • Armarse de paciencia: Sin duda, lo mejor y que podría dar mejores resultados, es el entendimiento que los profesores y los alumnos son falibles y, partiendo de ahí, detectar las áreas que en conjunto pueden trabajar.
Como pudimos observar, las matemáticas forman parte de nuestra vida diaria y entenderlas es un proceso que debería ser más sencillo, ya que nos acompañarán por siempre.
ISAAC PACHECO
BUSINESS INTELLIGENCE
REBOLD MÉXICO

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